La más reciente declaración financiera de Electronic Arts ha causado revuelo en las agencias de noticias de Wall Street

Quizá, decir que se trató únicamente de un “revuelo”, sea quedarme corto.

En palabras del director financiero, Blake Jorgensen, a la compañía le fue mejor de lo que esperaba por tres cuartos de sus ingresos y ganancias.

El margen de beneficios sigue creciendo y nuestras expensas bajando, afirmó, resumiendo en una frase la tierna fantasía de todo empresario.

Según los rumores, las acciones se dispararon casi un cinco por ciento. Pero no hay que dejarse engañar: ésto no es el resultado de una reacción impulsiva ante las buenas noticias. No.

Hablamos, en realidad, de la piedra filosofal de EA, de su sempiterna fuente de ingresos extra que ha llegado a deleitar a accionistas y consumidores por igual: el juego online.

Las ganancias generadas por fuentes digitales han alcanzado cifras record gracias a los juegos para dispositivos móviles, las suscripciones, las descargas en línea y, por supuesto, el contenido descargable. Más de la mitad de los ingresos de la compañía en los últimos 12 meses ha tenido un origen digital.

De los aproximadamente 2.2 billones de dólares ingresados en los últimos 12 meses, 921 millones vinieron de los DLC.

Si alguno de ustedes, lectores, ha pagado por algún paquete especial del FIFA 15 o invertido una pequeña fortuna en esa valiosa y extremadamente necesaria arma del Plants VS. Zombies ¡Felicitaciones! Han contribuido al glorioso día de EA en Wall Street.

Lo cierto es que otras áreas, también enfocadas en el desarrollo digital, palidecen en comparación. Si hablamos exclusivamente de juegos descargables, estaríamos en el orden de los 420 millones de dólares, mientras que para dispositivos móviles, la suma rondaría los 500 millones. Las suscripciones, que incluyen los 5 dólares mensuales exigidos para acceder al club de Electronic Arts, están acercándose vertiginosamente a la cifra de 340 millones.

Estos llegaron para quedarse, aunque para algunos sea injusto e innecesario
Estos llegaron para quedarse, aunque para algunos sean injustos e innecesarios

¿Estamos siendo testigos del nacimiento de lo que podría ser el “Netflix de los videojuegos“?

Los defensores de los DLC argumentan que los jugadores pueden o no comprar lo que deseen y que, si el contenido resulta ser una estafa, perjudicará en primer término a los proveedores y no al consumidor final. Toman como ejemplo el papel de las grandes compañías, como Electronic Arts, quien ha invertido tiempo y recursos en DLC’s gratuitos que buscan reavivar el interés por los videojuegos así como fomentar la lealtad de los clientes.

Pero no todo son buenas noticias. Para nadie es un secreto que el contenido descargable cuenta con una larga y justificada lista de críticos. ¿Quién no ha tenido la desagradable sensación de estar pagando por algo que, en realidad, debería haber formado parte del precio original del producto?

Lo cierto es que la estrategia de EA nos parece una inteligentísima propuesta comercial que busca equilibrar tres elementos básicos: los deseos de los aficionados, los fundamentos básicos de la teoría del valor y las exigencias de los accionistas.

A final de cuentas, entre tantos dimes y diretes, tendremos que aceptar la verdad ineludible de los números, porque éstos no mienten.

El mercado de los DLC ha sido y seguirá siendo una gran victoria para Electronic Arts.

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