ZeniMax había denunciado a Oculus Rift en mayo de 2014 por robo de tecnología
El caso se remonta a casi tres años atrás, cuando ZeniMax denunció que John Carmack, creador de DOOM, había robado cientos de archivos mientras todavía pertenecía a id Software para el desarrollo de Oculus Rift.
La denuncia por robo de propiedad intelectual y tecnología, reclamaba 2 mil millones de dólares, pero el tribunal de Nueva York a cargo del caso terminó cerrando la multa en 500 millones por diferencias en el reclamo. Ya que no se encontraron pruebas de abuso de secretos comerciales, aunque si del no cumplimiento de secretos de divulgación por parte de Palmer Luckey (creador de Oculus) y Brendan Iribe, ex presidente de la compañía.
“Por supuesto estamos decepcionados con varios aspectos del veredicto. Nuestros productos se han diseñado con tecnología Oculus. Y nuestro compromiso con el éxito de la realidad virtual a largo plazo permanece inalterable. Todo el equipo continuará trabajando de la manera que lo han hecho desde el principio, desarrollando tecnología que transforme la manera en que las personas interactúan y se comunican”, afirmaron desde Oculus.
Sin embargo, ZeniMax dice no conformarse con el veredicto y pretenden seguir luchando para que el dispositivo de realidad virtual, con supuesta tecnología robada, se retire del mercado.
“Estamos considerando qué otras medidas tomar para asegurarnos de que no haya un uso continuado de nuestra tecnología de ahora en adelante, incluyendo el pedir órdenes judiciales para detener a Oculus y a Facebook (dueña de Oculus desde marzo de 2014) de su empleo de código informático que el jurado ha estimado que ha infringido derechos de autor de Zenimax”, declaró Robert Altman, CEO de Zenimax al portal GamesIndustry.
Con la promesa de la gente de Oculus de apelar la medida, seguramente la novela del robo seguirá por un tiempo más. Y aunque los demandantes pretenden que el dispositivo de realidad virtual deje de fabricarse, como en muchos casos similares, posiblemente se llegue a un acuerdo.