Hicimos un pacto con el Diablo… y no estamos para nada arrepentidos.
Allá lejos, en Junio del 2014, Cuphead era revelado oficialmente durante la E3. Desde ese momento no pude dejar de pensar en la maravillosa idea que había tenido Studio MDHR y su primer juego que, a lo lejos, se veía que iba a recibir galardones por todos lados.
Cuphead es un fichín de calidad, pulido hasta el hueso y con un trabajo que se ve reflejado gracias a los dos retrasos que tuvo, pero que ahora vemos que valieron totalmente la pena para traernos un producto maravilloso. Obviamente, lo primero que impacta es su hermoso estilo artístico, pero quiero llevar las miradas más allá de eso, mostrando que Cuphead no es simplemente una cara bonita.
Historia
Antes de entrar de lleno a lo más importante de Cuphead, vamos a dar una vuelta por su historia, que es simple pero acorde a la época. Cuphead y Mugman, dos hermanos con cabeza de taza, deciden volver a casa por un camino diferente al que están acostumbrados. Es aquí donde se encuentran con el casino del mismísimo Diablo al cual los jóvenes deciden entrar.
Las pequeñas tazas comienzan con una racha ganadora hasta que el mismo Diablo se les aparece y los reta a una apuesta: si ganan una vez más, el casino entero será de ellos, pero si pierden, sus almas serán de él. De más está decir que pasa lo obvio: nuestros protagonistas pierden dicha apuesta y suplican por sus almas, por lo que el Diablo les ofrece un sencillo trato: juntar las almas de sus deudores y traerlas de vuelta. Es ahí donde Cuphead y Mugman se embarcan en una aventura (llenísima de bossfights) para poder recuperar sus almas.
Gameplay
Cuphead es un juego action-platformer al estilo boss-rush. Esto quiere decir que, en vez de centrarse en extensos niveles, el núcleo del mismo son las batallas contra jefes de múltiples fases. En su origen se suponía que sólo se iba a componer de dichas batallas pero, luego de ver que el juego causara tanto impacto, decidieron agregar algunos pocos niveles típicos. Tendremos un world map donde podremos desplazarnos a gusto y elegir el orden en el que queremos progresar. Los niveles sidescrollers contienen monedas de oro, 5 en cada uno, las cuales podremos gastar en una tienda y comprar distintos power-ups, tanto armas como habilidades nuevas. Toda esta acción se puede disfrutar de a dos jugadores, aunque sólo en forma local ya que no posee cooperativo online.
Un punto importante a destacar es la dificultad que ofrece el juego. La precisión de nuestros movimientos será clave para lograr completar los niveles que, dicho sea de paso, carecen de checkpoints. Es decir, si perdemos nuestros 3 puntos de vida, volveremos a empezar de cero. La mayoría del tiempo se hace casi imposible predecir los movimientos de los jefes, por lo que estaremos en un constante ‘a prueba y error’ que nos llevará a memorizar sus patrones de ataque y así poder derrotarlos.
Aunque suene todo un desafío, Cuphead logra tener un balance en su dificultad que no llega a lo injusto, al punto de ser frustrante. Es un cliché de hoy en día comparar fichines con el Dark Souls, pero es el mejor ejemplo para este caso: Sólo se necesitan dos cosas para salir victorioso, y eso es la memoria muscular y mucha, pero mucha paciencia. Si hay algo en lo que me permitó ser quisquilloso es la longitud del juego, siendo éste muy corto aún con el reto y la alta rejugabilidad que ofrece.
Apartado gráfico y sonoro
Sin lugar a dudas, lo primero que impacta en Cuphead es un estilo artístico digno de los años ’30, con escenarios y personajes completamente surrealistas y trabajados a mano que hace un hermoso homenaje a Max Fleischer, uno de los pioneros en la creación de dibujos animados (Creador, por ejemplo, de Betty Boop).
Literalmente, la única diferencia que hay entre una animación del 1930 y Cuphead son sus 60 frames por segundo, fluidos y detallados por donde se lo mire. Dicho estilo se adapta perfectamente con su jugabilidad frenética, lo cual hace que no perdamos la vista y tengamos perfecta atención de lo que pasa en la pantalla.
Sus efectos de sonido y música también hacen reminiscencia a dicha época con unas maravillosas piezas de jazz originales que se adecuan completamente a cada una de las batallas y situaciones que se nos presentan, con tonadas pegadizas que estarán cantando incluso cuando hayan apagado la consola.
Conclusión
Cuphead es extraordinario por donde se lo mire. Con un llamativo apartado audiovisual y un gran nivel de dificultad se convierte en una obra de arte que sube la vara a los estándares de hoy en día. La falta de cooperativo online hace que se limite parte de su experiencia. aunque, seamos sinceros, es lo único que podemos reprocharle a Studio MDHR, luego de haber realizado un trabajo enorme que trae a nuestras consolas de lo mejor que hemos visto éste año.