Barro, grava, tierra y mucho olor a nafta con esta entrega de la saga Dirt
Hoy en día a la hora de buscar un juego de automovilismo, podemos encontrar dos grandes ramas: el que es más “arcade” sin físicas realistas pero que es bueno para pasar un rato solo o con amigos, y por el otro lado están los simuladores que buscan generar una sensación lo más parecida a la realidad que sea posible. En este caso, Codemasters logró hacer algo que no muchas desarrolladoras consiguen: la mezcla perfecta entre simuladores y juegos arcade.
El juego lo puede jugar alguien que busca una sensación realista en el driving, o el que no haciendo que no jugar con volante sea fácil y accesible para aquellos que solo quieren pasar un buen rato. La primera vez que abrí el juego, lo primero que pude notar es que a pesar de ser adaptable a cualquier forma de juego, este no te ayudaba con nada. No cuenta con ningún tipo de tutorial porque el público al que se enfoca supone tener un previo conocimiento sobre automovilismo.
No hay ningún sistema de niveles, ni tenes que ir desbloqueando autos, simplemente un sistema de dinero que ya desde el principio te deja comprar un buen auto de la categoría que más te plazca.
En cuanto a la jugabilidad se puede sentir una gran mejora del Force Feedback. En su entrega anterior, eran necesarias modificaciones para dar esa sensación perfecta. Lo que genera las pistas en las respuestas del volante pueden cambiar por varios factores como el tipo de gomas, el clima, el terreno y la degradación de terreno (nueva feature), ósea que dependiendo del puesto en el que salgas la pista va a tener mayor cantidad de surcos o irregularidades generado por los autos de la competencia.
El título presenta una gran variedad de autos, ya sea desde un Ford Mustang GT4 o los legendarios autos del grupo B, cada uno dando sensaciones totalmente distintas demostrando así que se puso mucho empeño en las diferencias entre autos, ya sea por la tracción o por el peso.
Cuando nos ponemos a hablar de los mapas a pesar de que hay una variedad aceptable y hasta un circuito en Argentina, falta algo que se encontraba en anteriores Dirt: la nieve/hielo, uno de los terrenos más difíciles de conquistar en el arte del rally. Esto deja una sensación de posibles DLCs de este tipo.
Este juego, obviamente, incluye a un co-piloto que se puede ajustar a gusto y piaccere del conductor. ¡Enserio! Podes pedirle que de las indicaciones más temprano o justo antes de las curvas, del cual nunca note un fallo o algo que me perjudique.
Hablando de gráficos, el juego se ve y se siente excelente no solo en los interiores y exteriores de los autos, sino también en los recorridos. Esto se debe a que fueron todos diseñados a mano detalle por detalle. Si nos ponemos detallistas, claro, hay algunas texturas que se ven un poco deterioradas, pero esto puede ser “culpa” de su soporte de realidad virtual.
Conclusión
En conclusión, este juego es perfecto para todo tipo de jugadores que tengan un poco de conocimiento y/o experiencia previa en títulos automovilísticos. La jugabilidad está muy bien lograda llegando a ese punto de realismo y emociones intensas deseadas. Gráficamente es asombroso y como fanático de los fierros y la simulación se los dejo altamente recomendado a aquellos que buscan acercarse lo más posible a la adrenalina generada por el Rally.