Te contamos que nos pareció Kholat, desarrollado por la compañía polaca IMGN.PRO

El 2 de febrero de 1959, un grupo de excursionistas rusos perdió la vida de manera inexplicable en los umbrías montañas Urales. Al llegar, los primeros grupos de búsqueda tropezaron con un espectáculo dantesco: cadáveres que, a primera vista, no mostraban síntomas de lucha y, sin embargo, habían sufrido rasgaduras, costillas rotas, cráneos fracturados y desprendimiento facial.

La historia oficial, ostentada —y rápidamente archivada— por el régimen soviético, determinó que “una fuerza desconocida e insuperable” había causado las muertes. Lo que hoy conocemos como El Incidente del Paso Diatlov podría haberse convertido en una simple nota de color, errando en los mares de la historia, si no hubiera sido porque tan solo un año después, nueve pasajeros de un avión privado perdieron la vida en el mismo lugar.

La frágil sociedad soviética se impregnó del incidente de forma casi inmediata hasta convertirlo en un fenómeno de masas. Libros, películas, series de televisión. Toda suerte de ingenios publicitarios fueron tejiéndose alrededor de lo acontecido esa noche, fomentando la superstición y el afán especulativo.

Quizás, el secretismo infame del régimen contribuyó al engrosamiento de las teorías conspiratorias. Tal y como sucedió con El Bólido de Tunguska, se estableció un silencio oficial que encendió las alarmas. Desde entonces, los habitantes de Ekaterimburgo recomiendan a nativos y turistas, por igual, evitar excursiones a la zona en grupos de nueve personas.

Alrededor de todo este entramado se asienta Kholat, título desarrollado por la compañía polaca IMGN.PRO.

La propuesta del videojuego es arriesgada, pues hace uso de un desastre real e intenta capturar la desolada atmósfera que le rodea. Pero en líneas generales, Kholat es un videojuego de aventura y exploración que podría haber dado mucho más de sí, aprovechando los poderosos recursos narrativos que una historia como esta prefigura. Lamentablemente, el grupo desarrollador prefirió enfocarse en los clichés, agotando un vasto repertorio que iría desde las típicas conspiraciones del gobierno hasta oscuros experimentos de corte esotérico.  ¿Qué sucedió? Es la pregunta cuya respuesta intentaremos pergeñar a continuación:

Gráficos e Historia

Kholat hace un uso soberbio del Unreal Engine 4. Tiende, por supuesto, a la perfección en los detalles. Los escenarios (a excepción, quizás, del pueblo inicial) están muy bien logrados. Las ventiscas, la iluminación, la textura de la nieve, todos elementos fundamentales de la trama, se conjugan aquí de forma verosímil.

Al parecer, los diseñadores y artistas encargados de dar forma al juego mostraron verdadero recelo al confeccionar una experiencia inmersiva, que ponga a los jugadores en la piel del protagonista. Sin embargo, a medida que la trama se desarrolla, empiezan a notarse las aristas.

La crítica principal radica en los estereotipos. Kholat no escapa de las típicas historias de conjuras e intrigas patrocinadas por History Channel. Aspectos relevantes, como la aparición de violentos espectros, no tienen explicación alguna. Son un despropósito y un agujero en la trama.

No queda del todo claro si existe o no una articulación argumental. El diario, que debería fungir como método de acumulación ante una historia disgregada, no cumple su función. Tristemente, el final nos ha dejado con más preguntas que respuestas.

 

El uso del mapa nos parecerá engorroso en principio. Sin embargo, su evidente realismo favorece la inmersión.
El uso del mapa nos parecerá engorroso en principio. Sin embargo, su evidente realismo favorece la inmersión.

Jugabilidad

El juego dará inicio en un pueblo abandonado a la falda de la montaña, sin mayor guía que el instinto o el buen olfato explorador pues, de buenas a primeras, no contaremos con marca o referencia alguna que nos guíe. La solución será errar sin descanso hasta encontrar alguna pista, cuestión que sucederá en los primeros veinte minutos con algo de suerte. Por lo general, la voz del narrador —consumada magistralmente por Sean Bean— aparecerá si vamos por buen camino. Eso sí, ocurrirá de forma bastante súbita, produciendo más de un susto en los jugadores incautos.

La introducción del mapa merece una nota aparte. Habría que ponderar cuál efecto ha buscado lograr la gente de IMGN.PRO. con la inclusión de un utensilio como este, porque si bien da puntos extra a la hipótesis del hiperrealismo, lo cierto es que algunos jugadores casuales podrían sentirse verdaderamente frustrados. La orientación estará supeditada al uso de latitudes y longitudes específicas que nos llevarán a zonas de interés relacionadas con el Incidente del Paso Diatlov. No nos atreveríamos a restar puntos al juego por su atrevimiento. Nos parece, en cambio, una excelente manera de construir el reto.

La inteligencia artificial de los espectros renguea en ocasiones. Es posible estar muy bien escondidos y todavía así ser atacados. Por el otro lado, la exposición ostensible, casi ridícula, frente a ellos, a veces no recibe respuesta alguna. ¿Bugs o estupidez programada?

El sistema de guardado es, por demás, engorroso. Dependerá única y exclusivamente de la recolección de hojas de diario desperdigadas. El problema con esto es que podemos pasar horas deambulando sin encontrar un checkpoint. 

La cámara parece responder bien. En tiempo y forma si cumplimos con los requerimientos básicos que el sistema demanda.

La interfaz es sencilla, más bien nula. La organización de los controles, adecuada. Poco puede agregarse en este renglón sin caer en el sobre análisis. Kholat no se presta para opulencias. Es un juego con reglas claras y objetivos articulados.

 

Tiendas de campaña. El oasis en medio de una tundra helada y tenebrosa.
Tiendas de campaña. El oasis en medio de una helada y tenebrosa tundra.

Banda Sonora

A título nuestro, lo mejor del juego. Se trata de una puesta en escena magistral, con arreglos instrumentales que construyen la sensación de soledad, de errancia, de forma franca y natural. Como suele suceder con los juegos de terror, Kholat aprovecha la intensificación melódica para construir el suspenso. Algunas melodías son dignas de mención:

The Beginning: Revisión del tema principal. Un verdadero acierto, que compagina la dulce y espectral voz de Penelopa Willmann-Szynalik con los acordes para piano de Arkadiusz Reikowski.

Awakening: laberinto de susurros y maledicencias. La ruptura del tambor marca el ritmo de este breve pero tenebroso tema.

Kodato: melodía digna del grupo ERA o de la cantante irlandesa Enya. Con reminiscencias de temas como Ameno Divano.

RESUMEN

Kholat es un título logrado. Todavía más si se considera a IMGN.PRO como una agencia en expansión, que poco a poco amplia su abanico de productos, alejándose de un origen ligado a la creación de simuladores. Observamos con entusiasmo el crecimiento vertiginoso de nuevas e interesantes propuestas concebidas en el mercado eslavo. Sin embargo, un título como este, viniendo de una empresa con años de participación en la industria, no debería conformarse con sólo entretener, aterrar o impresionar. Debería maravillar.

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Categories PC Review VideoJuegos
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