El comandos revive en una entrega más contemporanea
¿Cómo se dice “comando” en japonés?
Hace mucho, mucho tiempo, hubo un juego raro. Era un táctico de escuadrón, pero en tiempo real. Mezcla de estrategia, puzzle, sigilo y ambientado en la Segunda Guerra. No era parecido a nada de lo que habíamos jugado hasta el momento. Su nombre fue Commandos: Behind Enemy Lines, e inauguró un estilo de juego llamado “commandos like” (brillante y creativa categorización).
Lamentablemente, fue un categoría que se fue perdiendo con el tiempo, probablemente como consecuencia de reiterados abusos y choreos con clones berretongos. A excepción del “Commandos”, sus expansiones y secuelas, no tuvo grandes exponentes. Aunque quizás la excepción sea el “Desperados” y su secuelas (ambientados en el lejano oeste).
Lápido y moltal, como flatulencia en miclo de lalga distancia
El juego nos propone infiltrarnos con sigilo y cumplir misiones en 13 mapas de respetable tamaño, con un grupo de cinco genialmente caracterizados personajes. Cada uno de ellos con fortalezas y debilidades propias, en cuanto a su movimiento, agilidad y posibilidades de desplazamiento. La forma de interactuar con el mapa, enemigos y hasta cadáveres también será diferente en cada caso.
Además de eso, cada uno posee habilidades especiales, claramente diferentes a las del resto. Por ejemplo, la ladrona puede atraer a su posición al enemigo y colocar trampas mortales. La espía puede disfrazarse para pasar desapercibida a plena vista, incluso conversar con el enemigo para distraerlo. El Samurai, matar hasta tres enemigos al mismo tiempo sin alarmarlos.
Naturalmente, la gracia del juego está no sólo en descubrir cómo infiltrarse sigilosamente en el mapa, sino también en elegir qué habilidad o combinación de habilidades utilizar para lograrlo. En cada misión, tendremos disponible una combinación de personajes, por lo general un dúo o un trío. Ya en las etapas más avanzadas, dispondremos del equipo completo, donde de esta forma podremos ejecutar complejas estrategias.
Si bien en un primer vistazo lo parece, los mapas no están presentados como si fueran puzzles a resolver, de una o dos formas diferentes y nada más. La libertad de acción es bastante amplia, si bien es cierto que hay zonas donde es especialmente obvio que combinación de personajes usar. Y otras, donde se torna un poco tedioso repetir la estrategia de “atraer y matar”, pero en ninguno de los dos casos llega a aburrir. Las posibilidades y alternativas para encarar los niveles es amplia, tanto como las dimensiones del mapa en sí.
Así es como, durante 13 misiones, estaremos entre una o dos horas con cada una de ellas para finalizarlas, al menos en la primer pasada (y aún más si tenemos trastornos obsesivos compulsivos o queremos sacar la misión con algún reto en particular). Con lo cual, la duración del juego puede superar tranquilamente las más que aceptables 20 horas.
Ya telmino de lobal con cambial “ele” por “ele”, lo plometo
Para nuestra alegría, existen gratas sorpresas en la forma de actuar de la IA. Si bien a veces hace cosas raras y está claro que no va a ganarle nada a ningún maestro de ajedrez, tiene detalles que se agradecen y que muchos juegos increíblemente dejan de lado.
Primero que nada, no todos los enemigos responden igual ante las amenazas y distracciones. Algunos serán mansamente afectados por ellas; otros no harán caso o harán caso muy brevemente; y algunos personajes, con la mínima cosita fuera de lugar, saltarán como barra brava que le acaban de “choreá lo trapo”.
Por otro lado, se ocupan del clásico “defecto cliché” del sigilo: ocasionalmente, a los enemigos más picarones, les resultará extraño que falten guardias. Y, como consecuencia, realizarán una ronda exhaustiva para determinar qué le ha pasado a su compañero. Si habíamos efectuado una disposición final del cadáver en forma responsable y “carpera”, zafaremos y el enemigo desistirá. Volverá a su patrón habitual al grito de “ma seh, se jué a dormi’ la mona el negro culia este”. Bueno, no eso literalmente, digamos que su equivalente en japonés.
También podemos destacar un modo de planificación, donde determinamos en tiempo real una serie de acciones para cada personaje. Éstas no se ejecutarán inmediatamente, sino que entrarán a una lista de espera. Luego, simplemente presionando una tecla, todas las acciones en espera se realizarán al mismo tiempo. Con esto podemos crear unas acciones coordinadas realmente vistosas, que nos harán sentir el más ninja del barrio. Claro que también podrán terminar como desastres épicos, dignos de los Tres Chiflados en curda, pero bueno… gajes del oficio.
Por último, un detalle menor pero que no deja de agregar variedad estratégica, es que el juego nos da la opción de hacer “que parezca un accidente”. Con lo cual, si somos lo suficientemente pillos a la hora de analizar el entorno, podremos efectuar unas cuantas bajas a la vista de todo el mundo. De esta manera, el enemigo no dejará de entrar en alerta por un tiempo, pero no llamará refuerzos.
Sencillo pero bonito
Lógicamente, no es un tipo de juego que apunta al despliegue gráfico de punta. Pero aún así, compensa con unos escenarios realmente bien diseñados, tanto por su valor jugable como estético. Pasaremos por los coloridos con flores volando en el viento, campos de batalla con explosiones y escombros, sectores con nieve (en los cuales dejaremos huellas que los soldados seguirán). Mismo las animaciones, ajustadas a las necesidades jugables, varían de personaje a personaje y están bien realizadas.
En cuanto al aspecto sonoro, musicalmente cumple con ambientar y no resulta en absoluto monótono. Dentro del apartado, también son destacables los diálogos entre personajes, a veces muy cómicos. Durante la misión los escucharemos entablar conversaciones disparatadas y “chicanas” de todo tipo, en especial cuando el ninja está en el grupo, ya que tiene un clarísimo perfil “Ricardo Darín del Kung Fu”. En mayor parte este disfrute se debe a que, desde el doblaje, están todos los personajes muy bien caracterizados (especialmente la ladrona, que está re pirucha jodido).
Conclusión
Una invitación a una clase de juego diferente, muy grosa y que parecía olvidada.
Con los disfrutes y amarguras propios de su clase, Shadow Tactics tiene un nivel altísimo, que los conocedores de este micro género sabrán paladear desde la primera o segunda misión. Por esto, resulta imperdible para ellos y altamente recomendable para aquellos que busquen un reto, mezcla de puzzle liviano, estrategia y sigilo.