Sebastian Castellanos vuelve para salvar a su hija, pero… ¿De quién?
Hace ya unos años atrás, precisamente octubre del 2014, jugué uno de los Survival Horror que más había disfrutado por mucho. Quizás no fue el mejor, ni el más pulido, pero The Evil Within me había hecho sentir una montaña rusa de emociones que iban desde el terror a la incertidumbre por la que me llevaba su maravillosa historia. Tres años después Tango Gameworks lanza su segunda entrega, la cual no difiere mucho de su predecesor y hasta flaquea en algunos aspectos, pero que al fin y al cabo ofrece una experiencia digna de dicho género.
Historia
The Evil Within 2 se enfoca más en la historia personal del ya conocido protagonista Sebastian Castellanos que, luego de enterarse que su querida hija Lily sigue viva tras un incendio en su casa años atrás, decide recuperarla. Al parecer, la malvada corporación Mobius cuyos fines van saliendo a la luz a medida que avanzamos, utilizaron a Lily como experimento dentro del sistema STEM de la primera entrega -una especie de matrix propia de la saga- con fin de crear un mundo virtual alternativo donde todas las mentes están conectadas. Dicha trama está claramente dividida en 2 partes bien marcadas, en la cual la segunda mitad estaremos al acecho de un temible asesino que secuestra a Lily dentro de STEM para usarlo con fines propios mientras que la segunda mitad será mucho más descentralizada, revelando el verdadero propósito de Mobius y sus planes para nuestro protagonista y su querida hija.
Está claro que quisieron darle un enfoque distinto a esta segunda parte, con una historia partida en dos o tres partes claras que no terminan de hacer un buen conjunto cerca del final, siendo claramente diferente al primer juego en la cual reinaba la incertidumbre y no sabíamos con qué nos encontraríamos al final del pasillo. Es cierto que hay varias preguntas que se desarrollan en The Evil Within, que tienen su respuesta en la secuela. Desarrollando muchísimo más el backstory de sus personajes principales, The Evil Within 2 nos muestra apenas migajas de sus personajes secundarios, que parecieran estar allí solo para hacer avanzar la trama, y hasta de sus antagonistas, creando una historia que parecía bastante apresurada de a ratos y dejando un final concreto, pero con gusto a poco.
Los diálogos son otro punto flojo. Más de la mitad de las conversaciones se sienten vacías e insulsas, con falta de carácter en el voice acting (al menos ingles), sin contar con las frases trilladas y simples como “¿Qué demonios es esto?” o “¿Qué es lo que está pasando aquí?”. Dichas una y otra vez, rompen con el ambiente terrorífico y son completamente innecesarias a tal punto que llegan a molestar. Si, Sebastian, ya sabemos que no es normal ver un humanoide de tres patas, varios brazos y una cámara como cabeza, no es necesario ningún tipo de acotación al respecto.
Gameplay
Con una digna dificultad, The Evil Within 2 se mantiene fiel al género Survival Horror, haciéndonos sentir realizados cada vez que pasamos una parte difícil o sobrevivimos con lo justo a un enfrentamiento con varios enemigos, buscando siempre matar a los ciudadanos corrompidos de Union gastando la menor cantidad de balas posibles. Sin embargo, si nos tomamos el tiempo necesario para recorrer cada rincón de los escenarios es factible que llegues más que cómodo al late-game.
Es aquí donde el juego toma lo mejor de su primera parte, mejorando notablemente inclusive. Su jugabilidad sigue teniendo al stealth como arma principal, ahora más versátil que nunca con un Union Town (Inserte nombre genérico de pueblo estadounidense aquí) que será nuestro escenario principal, convirtiéndolo en una especie de mini-sandbox el cual podremos explorar libremente, conseguir recursos para mejorar nuestras armas, buscar maneras más cómodas para deshacernos de The Lost (enemigos principales) y así poder conseguir el preciado Gel Verde para mejorar nuestras habilidades en un sistema casi igual a su predecesor. Además, esta vez tendremos misiones secundarias que nos ayudaran a equiparnos mejor y hasta descubrir partes de la historia que enriquecen más la experiencia en su totalidad.
Algo que si hay que criticarle a su secuela es su pobre rendimiento en PlayStation 4, con bajones de frames terribles que a veces llegan a los 20 FPS. Esto hizo que querer jugar sin el auto-aim sea casi imposible, ya que un giro brusco de cámara se hacía muy difícil de controlar y la dificultad de estos juegos castigan severamente los errores tan simples como una bala errada o un movimiento no deseado.
Apartado artístico
Si bien el estilo se mantiene fiel al primero, se nota mucho la simplicidad que se ha tomado en cuenta en la secuela. The Evil Within se desarrolla en el hospital psiquiatrico Beacon, en el cual nos encontramos con diseños de criaturas retorcidas y bastante originales. Esto no quiere decir que la misma originalidad no esté presente en esta segunda parte, sin embargo se nota que esta vez se optó por algo más simple y semejante al lugar donde se lleva a cabo la historia, un pueblo común y corriente, aunque algunos monstruos llegan a ser aún más intimidantes que los de la primera entrega.
Lo mismo pasa con los distintos escenarios que se nos presentan, yendo desde el mismo pueblo de Union hasta una base subterránea que parecen sacados de Resident Evil o Silent Hill, y no tienen ese toque único o misterioso como recorrer Cedar Hill Church al atardecer en The Evil Within. Sin embargo, la ambientación está muy bien lograda, dando escalofríos en cada vuelta de pasillo y otorgando sustos de maneras inesperadas. Nunca se sabe cuando vas a acercarte a un tocadiscos tragamonedas en un restaurante familiar y saldrá una mujer demonio gritando esperando succionarte el alma.
También tenemos que elogiar el apartado sonoro, es simplemente espectacular. La música ambiental, hasta los gruñidos de The Lost. El tema principal del juego, un remix de Ordinary World hecho por The Hit House (originalmente de Duran Duran), es uno de los mejores temas que he escuchado en mucho tiempo, y una cortina acorde a la experiencia que otorga.
Conclusión
The Evil Within 2 nos deja un gusto semi-amargo. Una historia con un comienzo fuerte que se va deshilachando de a poco para luego cerrar con un final apresurado. A pesar de esto, su jugabilidad se mantiene intacta, siendo igual o incluso mejor que la primera entrega con algunas vueltas de tuerca necesarias para una experiencia satisfactoria.