Microsoft y Creative Assembly se embarcan en la aventura de hacer un buen RTS para consola, en el Universo estrella de Xbox
Previously on HALO Wars…
El juego comienza 28 años después de la primer entrega. La tripulación de la Nave “Spirit of Fire” ha pasado todo ese tiempo en crioestasis, sin noción de que la guerra que mantenía la Humanidad con el Covenant ha terminado.
De pronto, aún cuando no se han terminado de acomodar en sus puestos, reciben una señal de emergencia aliada que los impulsa a enviar una escuadra de reconocimiento. Dicha señal se origina en una instalación llamada Ark, utilizada por los Forerunners para la construcción de los anillos HALO, como medio en su lucha por la sobrevivencia del Universo.
Durante el reconocimiento, recuperamos una Inteligencia Artificial que ha sobrevivido a un devastador ataque, la cual se encargará de ponernos en situación y contarnos a qué tipo de amenaza nos enfrentamos. Un enemigo que tiene un pasado complicado con el Covenant, al punto que durante años han intentado cazarlo y nunca han estado cerca. Así de feroz y peligroso es este adversario, que ha podido evadir al ejército que estuvo a punto de exterminar toda la raza Humana.
Dando en la tecla botón de nuevo
La primera entrega de HALO Wars fue una jugada arriesgada. Tomaron la saga y la convirtieron en algo que en principio no le era natural y, para colmo, en una plataforma en donde el RTS es menos natural todavía. Pero sin embargo, en su momento hicieron un muy buen trabajo.
Con esta nueva entrega, podemos decir que han superado aquél primer logro. Han sabido mantener la traducción del control con teclado y mouse (habitual de este género) al gamepad sin sufrimiento. Sólo apenas sabiendo dónde resignar algo de confort. Y han dado el toque justo para que el título tenga un componente de acción importante, sin descuidar su clasificación de estrategia en tiempo real.
Como resultado final, tenemos un juego soberbio técnicamente, tanto en sus animaciones, gráficos y sonido, con una jugabilidad ahora más pulida y en su punto más alto. Si bien desde lo estratégico no resultará un reto para los expertos o aficionados del género, seguramente los enganchará. Y no resultará pesado para aquellos que nunca han tocado un RTS en su vida.
Ponle acción a tu RTS, Macarena
HALO Wars 2 intenta hacer más livianas las tareas menos emocionantes del género.
La obtención de recursos se ve simplificada, sólo tenemos que construir una instalación para tal fin y esperar que simplemente nos abastezca. Y, como mucho, podemos colaborar recolectando con nuestras tropas los elementos que cada tanto aparecen pedidos en el mapa.
En este punto, quizás los amantes del género vayan a echar de menos construir una base con una distribución a su gusto. O planificar cuál será la siguiente zona donde irán a extraer recursos hasta agotarlos. En HALO Wars 2, los recursos se extraen y punto. En ningún momento se extinguen, sino que siguen fluyendo a un ritmo constante a no ser, claro está, que la instalación sea destruida. En todo caso podremos construir una segunda base, con más puntos de extracción, para tener un caudal más abultado de suministro.
Pero no sólo esta simplificación de tareas suma a la hora de imponer un ritmo más rápido. La forma que tiene de plasmar una narrativa decididamente orientada a la acción y a eventos vertiginosos, le da un enfoque trepidante que no es común en los RTS. HALO Wars 2 tiene un “blend” extraño, pero que a la hora de jugar calza bien en casi cualquier mano.
No obstante, no es que pierda su toque estratégico en el proceso, ni mucho menos. En este apartado, prepondera la correcta utilización de las unidades, de acuerdo a su fortaleza o debilidad con respecto a las de otro tipo. Es decir, encontraremos que la infantería es fuerte contra las unidades áreas pero débiles contra los vehículos. Estos últimos, a su vez, son débiles contra las unidades aéreas. Este triángulo de fortaleza/debilidad es clave a la hora de triunfar tanto en la campaña como en las partidas multijugador.
Hablando del multijugador
Tenemos cuatro modos, además de poder jugar la campaña en forma cooperativa. Tres de ellos son clásicos del género: batalla a muerte, construcción de fortalezas y control de zonas, en los que pueden participar dos equipos y hasta 6 jugadores. Todos estos modos están orientados más hacia la acción rápida que a una pausada construcción de poder militar.
Si bien las variantes multijugador mencionadas son buenas, el cuarto modo es el que destaca por lejos. Su nombre es Blitz y resulta un amalgama entre un MOBA, un RTS y un juego de cartas coleccionables. Aquí tendremos un mapa con tres puntos a capturar. Cada vez que superemos a nuestro oponente en cantidad de zonas capturadas, sumaremos puntos. Si nuestro oponente captura más zonas que nosotros, será él quien comienza a sumar y nuestro conteo de puntos se detendrá.
En este modo, la construcción de bases desaparece. Todo lo que conseguimos, lo conseguimos por medio de jugar cartas, que nos proveerán ventajas, ataques y, desde ya, unidades. Las cartas entran en juego a costo de puntos de energía, que se obtienen de recursos que periódicamente caerán del cielo. Cuando esto ocurra, debemos apresurarnos a ir al lugar del impacto, destruir el objeto y recolectar sus restos antes que el adversario.
De esta forma, se obtiene un modo muy dinámico y frenético, donde todo el tiempo tenemos que estar decidiendo si expandir, proteger o descuidar alguna zona en pos de obtener los valiosos recursos, fuente de nuestro poder.
El equipo de 343 Industries ya ha mencionado que les gustaría ver el modo Blitz en los eSports, pero no quieren forzar nada y ver que pasa. Aunque por las características de este modo, es más que probable que en su etapa de diseño se haya tenido en mente este destino. Como también es factible que la Comunidad termine interesada, por su dinamismo y por la flexibilidad que tiene cada jugador de armar su propio mazo de cartas para jugarlo.
Conclusión:
HALO Wars 2 es un juego con grandes fortalezas tanto en su modo campaña como en el aspecto multijugador. En este último campo, destaca el modo Blitz, siendo el punto más fuerte de esta entrega. Cumple con la difícil tarea de acercar el RTS a consola y de lograr un excelente equilibrio entre acción y estrategia, a costa de sacrificar profundidad en este último aspecto.